A pesar de la escasa concurrencia, se logró un jornada amena aunque por momentos acalorada dado el intercambio de opiniones, en donde los expositores Claudio Lowy (Ingeniero Forestal) y Javier Souza (Ingeniero Agrónomo) explicaron cuales son los inconvenientes del uso de estas sustancias en la salud, la contaminación que genera en las aguas, en las sustancias alimenticias y como afecta la biodiversidad de las regiones en donde se aplica.
Se habló también sobre la falta o el deficiente control que sobre este tipo de sustancias debería hacerse, por ej. asegurarse que los trabajadores utilicen la ropa adecuada al momento de la aplicación, el triple lavado que debe hacerse a los envases que contienen estas sustancias, la venta del producto fraccionado, lo cual está prohibido, la errónea utilización que se hace de los envases contenedores en el uso domestico, y sobre todo la falta y la engañosa información que se dá a los que compran y manipulan estas sustancias, acerca de los efectos dañinos sobre la salud, ya que la metodología utilizada para clasificar el grado de peligrosidad de las mismas, denominada DL50, no considera la toxicidad subletal, es decir aquella que no mata en un corto plazo, pero causa otros daños y/o mata en un plazo largo, ni la toxicidad crónica, que es aquella que produce daños y/o muerte por exposición repetida o en plazos medios y largos. En razón de esta “falta de información” va a presentarse ante el Defensor del Pueblo un requerimiento solicitando su intervención para el cambio en la metodología de clasificación de los agroquímicos, y dejo a disposición de la población unas planillas para adherir a esta iniciativa. 
Quedo pendiente la exposición sobre formas alternativas que existen para reemplazar la utilización de agroquímicos, mencionándose algunas como la agroecología y el control de plagas ecológico, temas que prometieron los expositores tratar en una futura presentación en la localidad.
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